La historia de Café para dos: Capítulo II

No lo hizo

– Elena –murmuró  mirando la pantalla parpadear- paso, luego la llamaré.

Y sin darse cuenta la mentira había comenzado a anidar en lo que antes había sido un nido de dos. Ahora ya cabía cualquier cosa, ahora todo estaba permitido.

Mario….Mario. Le parecía increíble lo que estaba haciendo, pero no podía evitarlo. La emoción de lo prohibido. Mario era más joven que Arnau y que él. Apenas 19 añitos, un chico que a todas luces no le convenía. Un chico al que nunca hubiera considerado nunca para una relación , y si lo hubiese hecho no habría parado de pasarlo mal. Nunca se hubiera sentido cómodo junto a él.  Arnau le prometía un futuro, una familia, una vida. Mario le regalaba momentos inimaginables para su a veces estrecha mente. Le permitía ser otro, le permitía perderse. Y quizás eso era lo que necesitaba ahora. Lo necesitaba o se había enganchado tanto a él que se tenía que buscar una auto excusa para no sentirse mal consigo mismo.

Pero siempre volvía a la cama de Arnau. Y al volver siempre se  preguntaba qué coño estaba haciendo con su vida. Sabía que Arnau tenía culpa de lo que pasaba, pero empezaba a intuir que se estaba convirtiendo en una foto en blanco y negro. Sin matices. 2 colores. 2 hombres. Y el resto parecía no tener cabida en aquél mundo.

Arnau comenzó a hablar, era su táctica habitual. Naufragar en la verborrea hasta conseguir arrancar una sonrisa de aquella boca que un día le había parecido de fresa. Cuando por fin Iñaki empezaba a reír, Arnau respiraba aliviado, y el aire volvía a penetrar en el ahogado motor que movía los hilos de su relación. Un respiro. Pero un respiro ¿antes de qué?

Iñaki rió, de verdad fue una risa sincera. Pero no pensaba en lo que le decía Arnau. Recordó la primera noche que pasó con Mario. Iñaki estaba en Bruselas inaugurando una nueva galería de arte de la Fundación para la que trabajaba. Se había metido en el Chat dejándose llevar. Básicamente quería hablar con un desconocido. No quería contar a sus amigos, para mas INRI comunes a Arnau, sus problemas de pareja. No quería empezar una corriente de especulaciones.

Mario estaba allí. Fue pura casualidad. No solía perdonar un viernes sin salir, pero se había pasado toda la tarde fumando en el césped de la Uni y todavía iba muy fumado. Iñaki le trato con una cierta prepotencia al principio, no sabía por qué lo hizo, demasiado joven, demasiado distinto, demasiado auténtico quizá para él.

Esa noche la pasaron juntos. Se entregó a su brutal embestida y dejó que, todos sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones afloraran, se desbocaran en forma de acto sexual sin tregua, sin ninguna concesión a ninguna expresión de cariño, meramente pasión, sexo., cuerpos sudorosos, besos que parecían mordiscos. Una noche que le permitió desinhibirse, ser otro, Fue bestial. Fue brutal,  nada romántico. Fue obsceno y  sucio. Pero fue el mejor polvo que le habían echado en los últimos meses, quizá en toda su vida.

Se ducharon juntos y Mario se quedó sentado en el suelo al lado de la ventana fumando. Iñaki hizo como que dormía, como que sólo era un polvo. Pero no podía dejar de mirar como la luz de la luna bañaba esa piel suave y áspera a la vez. Esa bestia embutida en el cuerpo de un niño. Esa mirada que pareciese que podía ver más allá que la de un director financiero. Y en ese momento supo que la estaba jodiendo.

Volvieron a entregarse bajo aquella luz. Mario sentado, e Iñaki sobre él. Agarrados como si el mundo se estuviese partiendo por su jodido núcleo. Sacudiéndose toda la mierda que la vida le había arrojado. O al menos, esa era su justificación. Ni él era consciente de sus razones. Si es que las tenía. O simplemente quería destruir. Destruir al mundo, o a sí mismo. O a ambos.

1 comentario

Archivado bajo la historia, relato

Una respuesta a “La historia de Café para dos: Capítulo II

  1. como son d complicados los sentimientos…
    como es d complicado el amor…
    sera x eso q es una fuerza inevitable q nos impide morir antes d tmpo…!

    como siempre genial alquimista…!

    besos majos para ti…!

Deja un comentario